Los arreglos financieros con personas acusadas de corrupción que aparecen en varios expedientes que están en cursos en la justicia, no es nada anormal. Sucede en muchos países democráticos alrededor del mundo excepto en algunos con gobierno de mano dura donde te cortan un brazo o te fusilan.
Esos arreglos incluyen, no solo dinero, sino servir de testigo para que los fiscales puedan argumentar mejor sus acusaciones.
En Estados Unidos grandes traficantes evitan pasarse la vida en la cárcel a cambio de denunciar a sus socios o decir como trafican las drogas, donde la guardan y quienes la distribuyen.
Así, pasan en prisión 8 o 10 años y quedan en libertad. Muchos mueren poco tiempo después en supuestos accidentes.
El problema es que cuando se negocia con esos acusados y se llega a un acuerdo financiero para que le devuelvan al estado 600 millones, 1,500 millones o 3 mil millones de pesos que sustrajeron en sus actividades corruptivas, es porque aún tienen escondido o han lavado tres o cuatro veces esa cantidad.
Pero algo es algo porque de no llegar a esos acuerdos, el estado se queda sin dinero y el acusado va a la cárcel. No se cual de las dos es más justo.
En todos los países del mundo hay cierto nivel de corrupción. Ninguno puede decir lo contrario. Lo difícil de digerir para muchos ciudadanos dominicanos es ver gente que robó mucho más dinero de los que están hoy en la justicia y fueron descargados sin devolver un centavo. También otros que jamás pisaron un tribunal cuando sus grandes fortunas la obtuvieron a costa del estado.
Si algo diferencia a este gobierno de los pasados, es que robarle esas cantidades de dinero al estado es actualmente imposible por los controles administrativos existentes. Ahora pican, pero no se extiende.
Lo definitivamente cierto es que llegamos demasiado lejos en la libertad e impunidad para desfalcar al estado dominicano. Según organismos internacionales, en los países más corruptos del mundo, donde aparecíamos con frecuencia, ese desfalco oscilaba entre un 1% y 1.5% del PIB.
Según el PIB dominicano de esos años, hablamos de sumas que oscilan entre 20 mil y 40 mil millones, lo que explica esas asombrosas cifras que el ministerio público ha recuperado de los implicados en los casos de corrupción.
Así como jamás volverá a repetirse una dictadura como la de Trujillo, así jamás deben repetirse casos de corrupción que escandalizan a la sociedad dominicana.






















