Los residentes de las urbanizaciones Piña 1, 2 y 3 en San Francisco de Macorís viven una situación cada vez más insostenible: numerosos solares baldíos se han convertido en verdaderos focos de contaminación visceral, afectando la salud, la tranquilidad y la calidad de vida de cientos de familias. La proliferación de mosquitos, roedores y malos olores ha llegado a un nivel tal que muchos vecinos ya no pueden, siquiera, sentarse en los balcones de sus casas y apartamentos sin exponerse a esta peligrosa plaga ambiental.
La gravedad del problema se evidencia aún más en las inmediaciones de la residencia del obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, Monseñor Alfredo de la Cruz. Tanto en la parte frontal como detrás de su vivienda existen dos solares completamente abandonados, los cuales representan una seria amenaza para su salud y la de los demás residentes de la zona. La falta de limpieza, desmonte y control de maleza en estos terrenos está generando un ambiente propicio para la reproducción de insectos y animales transmisores de enfermedades.
En noviembre de 2024, el director de Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Francisco de Macorís, Ing. Amadis Bautista, hizo un llamado enérgico a los propietarios de solares baldíos para que procedieran a limpiarlos de manera inmediata. Bautista advirtió que, de no tomar acción, el cabildo intervendría directamente en los terrenos.
«Notificaremos a los propietarios y los emplazaremos a que limpien sus predios», expresó entonces el funcionario, destacando además el apoyo de organizaciones comunitarias, especialmente en la urbanización Los Maestros, donde la junta de vecinos manifestó su preocupación por esta problemática.
Sin embargo, a pesar de las advertencias y de la evidente urgencia del tema, no se ha establecido un régimen de consecuencias efectivo. La falta de controles y acciones contundentes ha permitido que el problema crezca, dando vergüenza que, a estas alturas, en urbanizaciones plenamente desarrolladas continúe sin aplicarse una solución definitiva. Los residentes demandan que las autoridades municipales retomen esta agenda con firmeza, ejecuten las medidas anunciadas y prioricen la salud pública sobre la indiferencia de algunos propietarios.
¿Qué provocan los solares baldíos?
Los solares baldíos, cuando no reciben mantenimiento adecuado, se convierten en espacios de riesgo sanitario y ambiental. Entre las principales consecuencias se encuentran:
Proliferación de mosquitos, especialmente los transmisores de dengue, chikungunya y zika, al acumularse agua en envases y vegetación densa.
Aparición de roedores, los cuales transmiten enfermedades como leptospirosis y contaminan el entorno.
Acumulación de basura y escombros, que generan malos olores y sirven de refugio para alimañas.
Focos de contaminación visual y ambiental, deteriorando la imagen urbana y afectando la convivencia.
Riesgo de incendios, debido a la maleza seca y el abandono.
La combinación de estos factores convierte los solares baldíos en una amenaza directa para la salud pública, la seguridad y el bienestar de toda la comunidad.


























