La actriz Nicole Kidman y el músico Keith Urban conformaban una de las parejas más solidas y enamoradas de Hollywood. Pero lo que parecía de ensueño frente a las cámaras hace unos días llegó a su fin luego de 19 años juntos y dos hijas en común.
El divorcio, presentado el pasado 30 de septiembre en Tennessee, pone punto final a una historia de amor que, según fuentes cercanas, llevaba tiempo rompiéndose. Kidman interpuso la demanda de divorcio alegando «diferencias irreconciliables«.
Sin embargo, la ruptura no fue repentina. Ya desde finales de agosto ambas partes habían firmado un acuerdo de custodia que anticipaba el desenlace.
Acuerdo de custodia sorprendente
Sin duda, la cláusula más comentada por la prensa internacional ha sido la conocida como «cocaine clause», que establecía un pago de 600,000 dólares anuales a Urban por cada año de sobriedad, tras su ingreso en rehabilitación en 2006. Este incentivo habría sumado cerca de 11 millones de dólares a favor del cantante, aunque no está confirmado si se hará efectiva como parte del acuerdo final.
Otro de los aspectos más comentados del divorcio es el acuerdo de custodia de sus hijas adolescentes, Sunday Rose (17) y Faith Margaret (14), que ha sido descrito por medios estadounidenses como «peculiar» y «desequilibrado».
Según lo pactado, Kidman tendrá la custodia durante 301 días del año, mientras que Urban podrá compartir con ellas 64 días, repartidos entre fines de semana alternos, el Día del Padre y las vacaciones de primavera en años pares.
Además, las fiestas navideñas también fueron contempladas: en los años impares, las adolescentes las pasarán íntegramente con su madre; en los pares, los días serán divididos entre ambos progenitores. El objetivo, según trascendió, es mantener la rutina y estabilidad de las menores lo más intacta posible.
Cláusula millonaria y reparto de bienes sin litigios
También ha salido a relucir la cláusula prenupcial firmada en 2006, que evita una batalla legal por la repartición de bienes.
Se estima que el patrimonio conjunto supera los 280 millones de euros, incluyendo propiedades en Nashville, Los Ángeles, Nueva York y Sídney (Australia). Sin embargo, gracias a este acuerdo prematrimonial, cada uno conservará sus cuentas bancarias, inversiones, propiedades intelectuales, e incluso beneficios tan específicos como tarjetas de fidelización de hoteles y aerolíneas.
No obstante, allegados a Kidman afirman que la actriz australiana intentó salvar el matrimonio hasta el último momento. «Se siente traicionada y dolida», aseguraron fuentes citadas por la prensa estadounidense.
A la par del divorcio, Urban continúa con su gira musical. Recientemente causó revuelo al modificar la letra de una canción dedicada originalmente a Kidman, sustituyendo su nombre por el de la guitarrista Maggie Baugh, lo que ha sido interpretado como una forma pública de dar por cerrado el capítulo con su ahora exesposa.