El presidente estadounidense Donald Trump subió el martes al tejado de uno de los edificios de la Casa Blanca y bromeó sobre la posible instalación de “misiles nucleares”, en un momento de creciente tensión con Rusia.
Flanqueado por guardaespaldas y bajo la protección de francotiradores, Trump estuvo unos veinte minutos sobre el tejado de la sala de prensa.
Allí inspeccionó el sitio de la futura sala de recepción que va a construir, bajo la mirada de decenas de periodistas.
¿Qué va a construir? le preguntaron. “Misiles”, “misiles nucleares”, bromeó él, e hizo un gesto con el brazo como si lanzara esas armas.
A la pregunta de por qué estaba en el tejado, respondió: “Dando un pequeño paseo”.
“Es solo otra forma de gastar mi dinero por el país”, dijo sobre el hecho de que las obras se financiarán con sus fondos y los de donantes privados.
Estados Unidos y Rusia están enfrascados en una escalada retórica desde hace varios días.
Trump anunció recientemente que ha ordenado el despliegue de dos submarinos nucleares cerca de Rusia, en reacción a declaraciones consideradas provocadoras del expresidente ruso Dmitri Medvedev.
Rusia levantó por su parte una moratoria sobre el despliegue de armas de alcance medio y acusó a Washington de avivar la carrera armamentista.
El presidente estadounidense está decidido a dejar su huella en la Casa Blanca. Pavimentó por ejemplo el césped de la famosa rosaleda y cubrió el despacho oval con adornos dorados.
El dirigente, de 79 años, anunció asimismo la construcción de una enorme sala de recepción en el 1600 de la avenida de Pensilvania.
Salón de baile
Ha redecorado sustancialmente la Oficina Oval mediante la adición de adornos dorados y querubines, retratos presidenciales y otros elementos, e instaló enormes mástiles en los jardines norte y sur para izar la bandera estadounidense. Y la semana pasada, su gobierno anunció que la construcción de un enorme salón de baile comenzará en septiembre y estará listo antes de que termine su mandato, a principios de 2029.
Mientras Trump aparecía en el ala oeste, la Casa Blanca anunció que el salón de baile estará donde actualmente se encuentra la “pequeña, muy cambiada y reconstruida Ala Este”. Aunque es infrecuente, ha habido ocasiones a lo largo de los años en que los presidentes se aventuraron —e incluso durmieron— en el techo de la Casa Blanca.
Para promover la energía renovable, el presidente Jimmy Carter instaló 32 paneles solares en el techo del ala oeste en la década de 1970. Los paneles fueron retirados durante la administración de Reagan.
En 1910, el presidente William Howard Taft mandó construir un porche para dormir en el techo para escapar de las calurosas noches de verano de Washington.