Son muchas las relaciones sexuales fugases que han resultado de encuentros en bares, discotecas, viajes de vacaciones, conciertos, conferencias o eventos profesionales, por solo enumerar algunos lugares. El «sexo de una noche» (one-night stands) es una aventura que puede ser muy divertida si ninguno de los dos quiere comprometerse, pero hay que ser sincero desde el principio sobre lo que quieres, tanto contigo como con tu ligue. Al día siguiente será demasiado tarde para hablar sobre ello y quizás ni se vuelvan a ver.

Si acabas de salir de una relación en la que te han roto el corazón, el sexo ocasional puede parecerte una buena idea, pero no lo es. Si no estás seguro, trata de imaginar cómo te sentirías si el extraño se fuera en las primeras horas de la mañana siguiente sin siquiera un adiós. Si el pensarlo te pone triste, trata de averiguar si tener citas sería una mejor opción para ti en este momento antes de lanzarte a una aventura de una noche.

Las probabilidades de que uno de los dos, finalmente, caiga en las redes del amor, pero con otra persona, son incontables. Ni hablar: adiós, sexo “casi” seguro, y hola, tentación de seguir siendo su amante si el otro lo propone.

Otro caso es, que en los ligues de una noche, como no la/o conoces del todo, que resulte un fiasco es muy posible. Que resultes lastimado (y no sentimentalmente) también.

Ocurre muy regularmente que el o la cree que eres el amor de su vida con tan sólo esa noche y no deje de buscarte todo el tiempo.

Limpieza

Hablando de sus hábitos de limpieza, si eres visitante, quizá su casa está muy lejos de ser una tacita de té y puedes toparte con un cuarto imposible o un baño indeseable. Peor aún: su persona “al natural” asombra, pero porque dista mucho de lo que aparentaba. Ese olor que despiden sus pies, su boca o sus axilas mataron cualquier pasión que hubieras tenido.

Y recuerda, para todo caso, practica el sexo seguro.