Por: Listín Diario - 25/04/2025
El comercio internacional está orientado a dejar fluir las mercancías originarias de cada país firmante de los tratados comerciales, independientemente de que estos tipos de convenios faciliten mecanismos de protección temporal, liberalizaciones o subsidios, por lo que las medidas internas que socavan las entradas de productos en beneficio del mercado interno generan conflictos y contramedidas.
Este es el caso con los aranceles impuestos por Estados Unidos a los países con los cuales mantiene relaciones comerciales, como República Dominicana, cuya nación está obligada a eliminar medidas internas que los estadounidenses consideran que afecta su competitividad y libre comercio.
Según informes de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), cada cierto tiempo se realizan evaluaciones sobre el comercio con sus socios y, en el caso dominicano figura como medida anticompetitiva el cobro de impuestos a productos importados desde Estados Unidos y no a otros locales similares; además del reciente decreto que impone un arancel a un porcentaje de las importaciones de arroz procedentes de ese mercado.
Al etanol estadounidense importado se le cobra en el país un ad valorem del 10%, RD$11 por litro y el 18% de ITBIS. Al queso estadounidense también se le aplica aquí un 18% de ITBIS, mientras el de producción local está exento.
Otras quejas van en línea con la tarifa en Aduanas a los vehículos usados. En todo caso, el arancel de 10 % a las exportaciones dominicanas luce bajo, con respecto al 20 % aplicado por decreto por el país fuera de la cuota de 23,000 toneladas métricas del cereal estadounidense o procedente de Nicaragua.
En su momento también cuestionaron las licencias de importación de rubros del agro en el Ministerio de Agricultura, retrasos en registros sanitarios, falta de transparencia en contrataciones públicas, preocupaciones de piratería, y hubo quejas de cumplimiento de normas laborales en el sector azucarero y dificultades sobre las reglas de origen en las importaciones de vehículos. Estiman como una barrera al comercio la aplicación de un reglamento interno al acero importado desde USA.
En respuesta a los aranceles y reclamos de empresas estadounidenses ante el USTR, el presidente Donald Trump, aplicó un arancel de 10% sobre los países de la economía mundial, medida que puso en pausa por espacio de 90 días, luego de un efecto catastrófico en el mercado bursátil de Nueva York. En el país, la industria local afirma que el 10% adicional de tarifa arancelaria a las exportaciones le traerá desventaja con México, particularmente en sectores de la agropecuaria y el turismo.
República Dominicana, junto a cinco países centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala) firmó el tratado de libre comercio DR-Cafta, el cual está en vigor desde el 2007 y, para fines de Aduanas entró formalmente en 2006, debido a que ese año entró El Salvador y como se trata de un bloque de países cuando entra el primero entra para todos.
Mediante el decreto 693-24, más allá de la cuota de 23,300 toneladas métricas de arroz el país impuso una tarifa arancelaria de 99% a las importaciones del cereal.
Medidas locales
En el caso de las licencias de importación, los estadounidenses ven como barrera arancelaria la denegación de estas por parte del Ministerio de Agricultura como una desigualdad, al igual que la supuesta discriminación en las reglas de origen aplicada a vehículos usados de fabricación estadounidense de menos de cinco años.
Otras quejas se centran en las importaciones de acero estadounidense usado en el sector de la construcción y que definen como barreras técnicas al comercio que no exigen al local, sobre lo cual en el país se aplica un reglamento.
De igual modo, se refieren a dificultades con productos de salud y medicamentos para su acceso al mercado dominicano, y preocupaciones por temas de piratería, y por las compras públicas.
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