Por: El Día - 15/01/2025
Doha. – Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo de alto al fuego, anunciaron los mediadores el miércoles, para poner fin a una devastadora guerra de 15 meses en la franja de Gaza.
El acuerdo, que se produce tras semanas de arduas negociaciones en la capital de Qatar, promete la liberación en fases de decenas de rehenes retenidos por Hamás, la liberación de cientos de prisioneros palestinos en Israel, y permitiría que miles de personas desplazadas en Gaza regresen a lo que queda de sus hogares. También permitiría el paso de la ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente en el devastado territorio.
Tres funcionarios de Estados Unidos y uno de Hamás confirmaron el acuerdo, mientras que un alto funcionario israelí indicó que aún se están ultimando detalles.
Los tres funcionarios estadounidenses solicitaron el anonimato para poder informar del tema antes del anuncio oficial por parte de los mediadores en Doha.
El presidente Joe Biden se estaba preparando para comentar sobre el acuerdo el jueves, dijeron funcionarios.
Cualquier pacto aún necesita ser aprobado por el gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pero se espera que entre en vigor en los próximos días.
Se espera que el acuerdo proporcione una pausa inicial de seis semanas en los combates que irá acompañado de la apertura de negociaciones para terminar la guerra por completo.
Durante seis semanas, 33 de los casi 100 rehenes serán reunidos con sus seres queridos después de meses en cautiverio, aunque no está claro si todos están vivos.
Aún no está claro exactamente cuándo y cuántos palestinos desplazados podrán regresar a lo que queda de sus hogares y si el acuerdo llevará a un fin completo de la guerra y la retirada total de las tropas israelíes de Gaza, demandas clave de Hamás para liberar a los cautivos restantes.
Muchas duda de largo plazo sobre la Gaza posterior a la guerra permanecen, incluyendo quién gobernará el territorio o supervisará la desalentadora tarea de reconstrucción.
Sin embargo, el anuncio ofreció el primer signo de esperanza en meses de que Israel y Hamás podrían estar disminuyendo los enfrentamientos más mortales y destructivos que jamás hayan librado, un conflicto que ha desestabilizado el resto de Oriente Medio y provocado protestas en todo el mundo.
Hamás desencadenó la actual guerra cuando atacó Israel el 7 de octubre de 2023 y mató a unos 1.200 israelíes y tomó 250 rehenes. Israel respondió con una ofensiva feroz que ha matado a más de 46.000 palestinos, según funcionarios de salud locales, desplazado a un estimado del 90% de la población de Gaza y provocado una crisis humanitaria.
Más de 100 rehenes fueron liberados de Gaza en una tregua de una semana en noviembre de 2023.
Estados Unidos, junto con Egipto y Qatar, han mediado meses de conversaciones indirectas entre los acérrimos enemigos que finalmente culminaron en este acuerdo. Esto ocurre después de que Israel y el grupo político-paramilitar libanés Hezbollah acordaron un alto al fuego en noviembre, después de más de un año de conflicto vinculado a la guerra en Gaza.
Organizaciones internacionales de ayuda y la ONU calculan que un 90% de las 2,3 millones de personas en Gaza han sido desplazadas, a menudo varias veces. Dicen que decenas de miles de hogares han sido destruidos y los hospitales apenas funcionan. Expertos han advertido que puede estar en curso una hambruna en el norte de Gaza, donde Israel lanzó una gran ofensiva a principios de octubre, desplazando a decenas de miles de residentes.
“El mejor día de mi vida y la vida del pueblo de Gaza”, dijo Abed Radwan, un padre palestino de tres hijos, sobre el acuerdo de alto al fuego. “Gracias a Dios. Gracias a Dios”.
Radwan, quien ha sido desplazado de la ciudad de Beit Lahiya durante más de un año y se refugia en Ciudad de Gaza, comentó que intentará regresar a su ciudad natal y “reconstruir mi casa, y reconstruir Beit Lahiya”.
Habló con The Associated Press por teléfono. Su voz estaba opacada por las celebraciones. “La gente está llorando aquí. No creen que sea cierto”.
Biden, quien ha proporcionado ayuda militar crucial a Israel, pero ha expresado exasperación por las muertes de civiles, anunció el esquema del acuerdo de alto al fuego de tres fases el 31 de mayo. El pacto alcanzado al final siguió ese marco.
Según el plan, la primera fase duraría seis semanas e incluiría un “alto al fuego completo y total”, una retirada de las fuerzas israelíes de las áreas densamente pobladas de Gaza y la liberación de varios rehenes, incluyendo mujeres, adultos mayores y personas heridas, a cambio de la liberación de cientos de prisioneros palestinos. La asistencia humanitaria aumentaría para que cientos de camiones entren a Gaza cada día.
La segunda y más difícil fase incluiría la liberación de todos los rehenes vivos restantes, incluidos los soldados hombres, y las fuerzas israelíes se retirarían de Gaza. La tercera fase llama al inicio de una gran reconstrucción de Gaza, que enfrenta décadas de reconstrucción por la devastación causada por la guerra.
Hamás estaba exigiendo garantías para un fin permanente de la guerra y la retirada completa de todas las fuerzas israelíes de Gaza. Israel, mientras tanto, repetía que no detendría la guerra hasta destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamás.
Los diversos actores han llevado a cabo meses de negociaciones intermitentes. Pero con los días de Biden en el cargo contados y el presidente electo Donald Trump listo para asumir el cargo, ambas partes habían estado bajo una fuerte presión para llegar a un acuerdo.
Trump celebró el acuerdo en su red social Truth Social: “¡Tenemos un acuerdo para los rehenes en el Medio Oriente. Serán liberados pronto. ¡Gracias!”.
La aceptación de un alto al fuego por parte de Hezbollah en Líbano después de sufrir fuertes golpes, y el derrocamiento del presidente Bashar Assad en Siria, fueron ambos grandes reveses para Irán y sus aliados en la región, incluido Hamás, que quedó cada vez más aislado.
Israel ha sido objeto de fuertes críticas internacionales, incluyendo de su aliado más cercano, Estados Unidos, por el número de civiles muertos. Israel dice haber matado alrededor de 17.000 milicianos, aunque no ha proporcionado pruebas para respaldar la afirmación. También culpa a Hamás por las bajas civiles, acusando al grupo de usar escuelas, hospitales y áreas residenciales con fines militares.
La Corte Internacional de Justicia está investigando las acusaciones presentadas por Sudáfrica de que Israel ha cometido genocidio. La Corte Penal Internacional, un organismo separado también con sede en La Haya, ha emitido órdenes de arresto para Netanyahu, su ministro de defensa y un comandante de Hamás por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad relacionados con la guerra.
Israel y Estados Unidos han condenado las acciones tomadas por ambas cortes.
Netanyahu también enfrentó una gran presión doméstica para traer a casa a los rehenes, cuya situación ha capturado la atención de la nación. Sus familias se han convertido en un poderoso grupo de presión con un amplio apoyo público respaldado por meses de protestas masivas instando al gobierno a llegar a un acuerdo con Hamás.
Las autoridades israelíes ya han concluido que más de un tercio de las aproximadamente 100 personas restantes cautivas están muertas, y hay temores de que otros ya no estén vivos. Videos publicados por Hamás que muestran a rehenes sobrevivientes en apuros, combinados con noticias de que un número creciente de israelíes secuestrados han muerto, han aumentado la presión sobre el líder israelí.
Hamás, un grupo armado palestino que no acepta la existencia de Israel, ha estado bajo una abrumadora presión de las operaciones militares israelíes, incluyendo la invasión de las ciudades y pueblos más grandes de Gaza y la toma del control de la frontera entre Gaza y Egipto. Sus principales líderes, incluido Yahya Sinwar, quien se cree que ayudó a planear el ataque del 7 de octubre de 2023, han sido asesinados.
Pero sus combatientes se han reagrupado en algunas de las áreas más afectadas después de la retirada de las fuerzas israelíes, lo que plantea la perspectiva de una insurgencia prolongada si la guerra continúa.
Netanyahu ha prometido continuar la guerra hasta que se destruyan las capacidades militares y de gobierno de Hamás. Pero nunca ha estado claro qué implicaría eso o si es posible, dado las profundas raíces del grupo en la sociedad palestina, su presencia en Líbano y Cisjordania, territorio ocupado por Israel, y su liderazgo en el exilio.
Si el alto al fuego se mantiene, ambas partes enfrentan muchas preguntas difíciles y sin respuesta.
A medida que la guerra mengue, Netanyahu enfrentará crecientes llamados para investigaciones posteriores a la guerra que podrían encontrarlo al menos parcialmente responsable de los fallos de seguridad del 7 de octubre, los peores en la historia de Israel. Sus socios de gobierno de extrema derecha, que se oponían a un acuerdo de alto al fuego, también podrían derribar la coalición y empujar al país a elecciones anticipadas.
Todavía no hay un plan para quién gobernará Gaza después de la guerra. Israel ha dicho que trabajará con palestinos locales no afiliados a Hamás o la Autoridad Palestina respaldada por Occidente. Pero no está claro si existen tales socios, y Hamás ha amenazado a cualquiera que coopere con las fuerzas israelíes.
Estados Unidos ha tratado de avanzar en planes posbélicos amplios para que una Autoridad Palestina reformada gobierne Gaza con asistencia árabe e internacional. Como parte de esos planes, Estados Unidos espera que Arabia Saudí normalice relaciones con Israel a cambio de garantías de seguridad de Estados Unidos y ayuda para establecer un programa nuclear civil.
Pero esos planes dependen de un progreso creíble hacia la creación de un Estado palestino, algo que Netanyahu y gran parte de la clase política de Israel se oponen. Netanyahu ha dicho que Israel mantendrá un control de seguridad indefinido sobre Gaza y Cisjordania ocupada, territorios capturados por Israel en la guerra de 1967 que los palestinos quieren para su futuro estado.
En ausencia de un acuerdo posbélico con apoyo palestino, Hamás probablemente seguirá siendo una fuerza significativa en Gaza y podría reconstituir sus capacidades militares si las fuerzas israelíes se retiran por completo.
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