El mar Caribe, con su aparente calma y su promesa de nuevos comienzos, fue otra vez testigo de una tragedia. El pasado viernes, las autoridades rescataron a 17 personas que sobrevivieron al naufragio de una yola con más de 40 ocupantes, ocurrida frente a las costas de la playa Juanillo, al Este del país.
Ayer, rescatistas recuperaron un cuerpo más, aumentando a siete las víctimas, según confirmó Fernando Castillo, director provincial de la Defensa Civil.
El grupo, compuesto por dominicanos de zonas como Higüey, Santo Domingo y Baní, así como migrantes haitianos, tenía como destino la vecina isla de Puerto Rico.
Era un viaje cargado de ilusiones y desesperanza. La embarcación, construida con madera y materiales precarios, no contaba con las condiciones mínimas de seguridad. Aun así, zarpó. Y se hundió.
Hasta el momento, siete personas han sido reportadas muertas. Entre ellas, una joven haitiana de aproximadamente 26 años, y un dominicano de 47 años. Sus cuerpos, junto a los demás recuperados, fueron llevados a la morgue del Hospital Regional Dr. Antonio Musa, en San Pedro de Macorís.
En la noche del sábado solo un cuerpo estaba sin identificación que, de acuerdo al médico legista, Radnei, en caso de no ser reclamado por ningún familiar procederán el día siguiente (domingo) a realizar la autopsia para darle sepultura debido al proceso de “descomposición”.
En el Hospital Municipal de Verón, donde fueron atendidos los sobrevivientes, permanecían hasta la mañana del sábado dos personas en observación, pero ya en la tarde habían tenido la de alta médica al igual que los demás, según informó la directora del centro, Ivette Dib.
Mientras familiares vivián la angustia de no saber el paradero de sus seres queridos, las labores de búsqueda continúan mar adentro, dificultadas por la presencia del sargazo, fuerte oleaje y nubes de polvo procedentes del desierto del Sahara que ha cubierto la zona.
En la costa se sienten el luto y la impotencia. “Soy su familiar, pero no queremos dar declaraciones”, se limitó a decir una mujer, mientras esperaba el carro fúnebre que llevaría el cuerpo de un pariente.
silencio y restricciones
Acceder a la zona donde sucedió el naufragio no fue fácil. La playa Juanillo pertenece a una propiedad privada, lo que impidió que los medios de comunicación pudieran presenciar desde temprano las labores de rescate. “No está permitido entrar para allá sin un permiso de la gerencia”, advirtió Manuel Rodríguez, encargado de operaciones en Cap Cana.
Más tarde, tras gestiones con la encargada de comunicaciones, algunos periodistas fueron trasladados a un punto cercano de la costa. No era el lugar exacto del operativo, pero sí donde se habían concentrado inicialmente los organismos de rescate antes de adentrarse al mar.
Ya con acceso, la escena era desoladora. En la orilla, toneladas de sargazo cubrían la arena. No había señales del naufragio, solo la presencia del mar que, como siempre, guarda sus secretos en las profundidades.
El operativo de rescate mar adentro continúan con la participación de lanchas y un buque de la Armada Dominicana, así como embarcaciones de pescadores locales.
Mientras que ayer, los organismos de socorro utiliizando drones, lanchas, barcos y equipos de alta tecnologia lograron rescatar otro cadáver aumentando a siete los fallecidos del naufragio por la costa de Juanillo.
Rescates.
El primer dia de busqueda, fueron recatados cuatro cuerpos, mientras que el sábado se sumaron dos nuevos cadáveres. Brigadas de los organismos de socorro, utilizando 20 unidades navales y terrestres, siguiendo la busqueda desde la madrugada del pasado viernes, operando 5 unidades marítimas de la Armada, informó el corresponsal Florentino Durán.