El Portal De San Francisco De Macorís

La visita que pasó sin pena ni gloria

La reciente visita del expresidente Danilo Medina a San Francisco de Macorís será recordada, no por grandes discursos, multitudes o proclamaciones, sino por lo contrario: por haber pasado sin pena ni gloria. Un hecho que, lejos de ser casual, refleja el estado emocional y político de una parte importante de la población frente al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que hoy enfrenta una evidente crisis de conexión con la gente.

La Dirección Provincial del PLD convocó a sus dirigentes y militantes a una gran asamblea el pasado domingo 23 de noviembre, anunciando la presencia de Medina y del secretario general Johnny Pujols. 

El partido aseguró que se mantiene en las calles, defendiendo al pueblo de lo que califican como el “gobierno de retroceso” de Luis Abinader. Sin embargo, la fría acogida que tuvo la asamblea, contradice, al menos en San Francisco de Macorís, esa narrativa de fuerza y dinamismo.

Un rechazo silencioso, pero evidente

Aunque las notas de prensa del partido insisten en que “el PLD se vive en las calles”, lo que vimos fue una población indiferente. 

No hubo entusiasmo palpable, ni la efervescencia que en otros tiempos generaban las apariciones de Danilo Medina, sino, muchedumbre de todos rincones para rellenar un espacio para mostrar “Una oposición”.

El rechazo, aunque no estridente, estuvo ahí, manifestado en la apatía, en la falta de convocatoria espontánea, en la ausencia del calor político que alguna vez caracterizó al peledeísmo en esta provincia.

Este distanciamiento social y emocional hacia el PLD tiene raíces profundas. Muchos ciudadanos aún asocian su liderazgo con los escándalos de corrupción, los excesos políticos y la fatiga generada por dos décadas de dominio casi absoluto. Es un desgaste natural pero también provocado por errores propios. Y aunque el partido intenta reescribir su narrativa recordando los logros de sus gobiernos , como la reducción de apagones, la expansión educativa, el 911, la seguridad vial o el crédito al campo, lo cierto es que el presente pesa más que la nostalgia.

Un discurso que ya no cala igual

El PLD repite que “con el PLD se vivía mejor”. Puede que sea cierto para algunos. Sin embargo, el argumento ha perdido impacto porque la credibilidad del mensajero está hoy en cuestionamiento. Las denuncias judiciales, los conflictos internos, la pérdida de confianza pública y la creciente competencia electoral han debilitado la fuerza de un eslogan que alguna vez fue poderoso.

En política, no solo importa lo que se dice, sino quién lo dice… y cómo lo recibe la gente. La visita de Medina demostró que el partido puede convocar a su militancia fiel, pero tiene dificultades para movilizar a la población general. Y sin pueblo, no hay oposición sólida ni proyecto de poder viable.

El desafío peledeísta: rehacer puentes

De cara a la asamblea en el Club El Mayorista, el PLD enfrenta un reto trascendental: recuperar credibilidad. No basta con recordar lo que se hizo hace diez años. La gente quiere respuestas al presente, soluciones innovadoras, humildad política y una renovación real. Y mientras esa reconstrucción interna no ocurra, visitas como la de Danilo Medina seguirán pasando… como pasó esta: sin pena y sin gloria.