La limitación de las llamadas por los servicios de mensajería Telegram y WhatsApp tomadas en agosto para contrarrestar el creciente número de estafas llevadas a cabo por esa vía, redujo en un 40 % las llamadas de este tipo, informó hoy el regulador ruso de las comunicaciones, Roscomnadzor.
«La limitación del acceso a los servicios de llamadas de voz en los sistemas de mensajería extranjeros redujo las llamadas fraudulentas en un 40 %», dijo el subdirector de la agencia, Oleg Terliakov, citada por la agencia rusa Interfax.
Indicó que «los estafadores utilizan activamente no solo las redes telefónicas sino también los servicios de internet para cometer sus delitos».
«El trabajo del sistema Antifrod (Antifraude) en las redes telefónicas obligó a los delincuentes a trasladar sus actividades a los sistemas de mensajería extranjeros. Desde 2024 los casos de estafa por medio de las llamadas en Telegram y WhatsApp se multiplicaron», recordó.
Terliakov indicó que en estos momentos «es importante reducir los riesgos de uso masivo para estafas del servicio nacional de mensajería MAX», creado por las autoridades rusas como alternativa a Telegram y WhatsApp y promovido como más seguro que estos.
«Al respecto hay que destacar el trabajo coordinado de las entidades, los operadores telefónicos y del operador del sistema de mensajería nacional para la creación urgente de canales que le permitan obtener el máximo de información necesaria para la identificación y bloqueo de las cuentas dañinas de delincuentes», sostuvo.
Por ello llamó a trabajar «con anticipación», sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los estafadores son coordinados «a nivel de estados y servicios de inteligencia inamistosos».
El pasado 13 de agosto Roscomnadzor limitó las llamadas de ambos servicios, una medida que no afectó otras funcionalidades como los mensajes de texto y el intercambio de archivos.
El creciente número de estafas telefónicas en Rusia ha obligado a Rusia a tomar medidas: en marzo pasado las autoridades rusas habilitaron a los rusos la posibilidad de «autobloquear» sus solicitudes de créditos, una opción acogida inmediatamente por millones de usuarios.
Según el Ministerio de Interior, solo en 2024 más de 448.000 rusos fueron víctimas de fraude en línea, con daños que ascendieron a los 200.000 millones de rublos (unos 2.000 millones de dólares).