En un acuerdo alcanzado con la Oficina del Fiscal General del Estado de Nueva York, Eric Schneiderman, la tienda Macy s se comprometió a pagar una multa y a cambiar sus políticas discriminatorias de vigilancia de compradores, luego de que algunas personas fueran detenidas basado en su apariencia física en el local de Herald Square en Manhattan.

“Este acuerdo contribuirá a asegurar que nadie sea injustamente señalado como un presunto delincuente cuando va de compras en Nueva York”, dijo Schneiderman. Macy s pagará un total de $650,000 y garantizará que todos los clientes de las 42 tiendas que funcionan en el estado de Nueva York reciban el mismo trato, sin importar su raza u origen étnico.

De esta manera llega a su fin una investigación iniciada, en febrero de 2013, por la Oficina de Derechos Civiles de la fiscalía a partir de 18 quejas de clientes pertenecientes a minorías que denunciaron haber sido detenidos en tiendas de Macys, entre 2007 y 2013.

Los querellantes fueron detenidos por personal de la división de prevención de pérdidas de la tienda después de haber ido de un piso a otro con mercancía. Los clientes fueron considerados sospechosos de hurto o fraude con tarjetas de crédito. A los que tenían poco dominio del inglés se les obligó a firmar una notificación de transgresión en ese idioma, pese a no saber lo que decía el documento, y no se les permitió hacer llamadas ni tener acceso a un intérprete.

Como parte del acuerdo, la cadena se comprometió a publicar una declaración de derechos de sus clientes en inglés y en español en un lugar visible y de fácil acceso al público, en todas sus tiendas y en su página web.

La empresa deberá establecer nuevos requisitos para las interacciones de su personal de seguridad con los clientes, adoptar una política contra el perfilamiento racial, y permitir el acceso de las agencias de seguridad pública a sus salas de circuito cerrado de video.

Esta no es la primera vez que Macys se compromete a cambiar prácticas discriminatorias. En 2005, la tienda selló otro acuerdo con la fiscalía para resolver las acusaciones de colocación de esposas. Sin embargo, la fiscalía confirmó que la tienda seguía interceptando y deteniendo a un mayor porcentaje de sus compradores negros o latinos que a los blancos.